En los países cálidos de las culturas orientales,
está documentado
desde la mas remota antigüedad
secar los alimentos al sol
aprovechando el efecto
del aire seco.
Pero no es necesario retroceder tanto,
mis abuelos
y sus congéneres
tras la guerra civil española
secaban
higos
en cañizos
para consumir
durante el invierno.
Recuerdo las tardes de verano tardío
con tormentas,
corríamos
a las terrazas
recoger
el preciado
sustento:
"A entrar los higos"-gritaban los vecinos.
Des esta forma tan sencilla
se elimina la humedad de los alimentos
y se evita la acción de los microorganismos
causantes de putrefacción.
Las terrazas mediterráneas son planas
y tan grandes como el perímetro de la casa
en el pasado
se podían secar legumbres
y los productos recogidos en el campo.
En las buhardillas también se colgaban
ristras de tomates
y ajos trenzados.
Eran las zonas mas secas y ventiladas de las casas.
Así que la arquitectura de las zonas rurales,
estaba muy relacionada
con el secado
de la cosecha.
*También embutidos, jamones utilizan el secado, junto con sal.
Fuente imagenes: #mjgimenocastell